miércoles, 29 de mayo de 2013

De estudios animales



Sandra L. Palacios Gregorio
G. Pierre Herrera López

Para la academia especializada en los estudios literarios y su teorización, la segunda mitad del siglo XX significó un importante trastrocamiento que cimbró toda la estructura que se había estado consolidando hasta ese momento y la obligó a replantear su futuro en las aulas universitarias. Desde los estudios culturales de Raymond Williams en el Reino Unido, el cruce teórico con la sociología, pasando por la teoría posestructuralista francesa nacida después de 1968, la deconstrucción de Jacques Derrida, que posteriormente es replanteada hacia los discursos coloniales en aras de otorgar voz a los grupos marginados, la teoría postcolonial, y por supuesto el movimiento feminista a ambos lados del Atlántico, cambiaron radicalmente no sólo la metodología de los estudios y teorías literarias sino los objetivos de ésta.
La pregunta no es si todavía son viables los estudios que únicamente se encargan de los textos en sí y para sí, sino si esto tiene valía en un aspecto social y cuál es. En esta nueva encrucijada se encuentra la academia actualmente.
En este tenor, los estudios que tienen que ver con “los grupos minoritarios”, que reivindican a los “sin voz”, han despertado el interés de la academia: Los estudios culturales, de género, poscoloniales y recientemente los animales, son ahora la punta de lanza de la teoría literaria.
No hace mucho que los animales se han vuelto una línea de investigación sólida para múltiples disciplinas que antes no reparaban en ellos, son variados los temas que ahora los aluden. En la teoría literaria también se abordan diversas problemáticas; por supuesto tienen que ver con textos literarios en los cuales los animales son personajes o temas relevantes. Bien se puede hacer una clasificación de la literatura de animales que tuviera que ver con el grado de protagonismo, incluso de antropomorfismo o juzgar si se les da un trato justo pero ¿eso es lo más importante? ¿Hasta qué punto vale la pena analizar estos aspectos?
Los estudios animales, con más presencia y difusión en las academias de EUA, Reino Unido y Francia, se centra en traer al diálogo a los animales, presentándolos y estudiándolos como la otredad límite; es decir, como el subalterno que no tiene voz metafórica y literalmente hablando y que a diferencia de otras clases de subalternidad que sí pueden tomar la el discurso y hacerlos suyo motu proprio, esta alteridad está presente en oposición a lo humano ligados por compartir la vida en la tierra y por la capacidad de sufrimiento que tienen ambos.
Los estudios animales han devenido en dos  formas de estudiar a los animales en la literatura, aunque cabe mencionar que están tan emparentadas que por lo regular el asumir una se refiere a la otra de manera directa o indirecta: 1) Las (nuevas) narrativas animales, y 2) La resemantización animal.
Los dos enfoques que hoy convergen en los estudios animales tienen a bien analizar, en la literatura, por un lado la configuración de los temas o personajes “nonhuman animals”, para utilizar el término de Kari Weil; por otro la importancia de la figura del animal indefenso ante la egemonía del hombre. Ambas tendencias tienen aspectos interesantes que buscan el reconocimiento de los animales como parte de la vida.
El primer caso está caracterizado por estudiar el cómo se hace una imagen de los animales a través de la escritura y algunas otras artes, desde representaciones antiguas hasta textos que ponen en crisis el límite entre lo humano y lo animal. En este tipo de estudios estaría la tesis doctoral de Esperanza López Parada, Bestiarios Animales. La tradición aninmalísitica en el cuento hispanoamericano contemporáneo (1993), o la colección de ensayos de la Universidad de Boston: Early Modern Zoology. The construction of Animal in Science, Literature and Visual Arts (2007), así como el estudio de Steve Baker, Postmodern animal (2008). Este caso puede estar relacionado con el carácter estético y hasta filosófico de esas representaciones.
El segundo caso pone más énfasis en el carácter ético del uso que los humanos le dan a los animales. Para eso es necesario subvertir la posición logocéntrica del humano, como también se estudia en el primer caso, para entablar un diálogo de valores con lo animal. Este tipo de estudios, que en muchos casos tiene puntos de cruce con otras disciplinas como la biología, neurociencia, ética, bioética, ecología, etc., debe mucho a los primeros estudios de Peter Singer sobre ética aplicada de los años 70. En esta misma línea se encuentra la conferencia posteriormente publicada como libro por la universidad de Princeton The Lives of Animals (1999) de J. M. Coetzee, que posteriormente sería adaptada para novela Elizabeth Costello (2003), o la conferencia después publicada en libro: Béliers. Le dialogue ininterrompu: entre deux infinis, le poème (2003) de Jacques Derrida o su L’Animal que donc je suis (2006).
Es válido afirmar como Thomas Nagel que se necesita ser un animal para saber cómo es ser un animal pero ante la imposibilidad de esta forma de conocimiento, el punto de vista humano es el único que tenemos para determinar la posición de los animales en nuestra sociedad. Hasta hace poco la literatura los retrataba con características humanas y la sociedad seguía en el entendido de que los humanos somos superiores a los animales gracias a nuestro uso de la razón; después de diversos avances científicos que muestran a ciertas especies capaces de desarrollar inteligencia o sentimientos, entre otras capacidades que se creían exclusivas de los humanos, todo se viene abajo. Ahora surgen autores que más que antropomorfizar a los animales, cuestiona la posición del humano en torno a ellos o buscan acercarse lo más posible al punto de vista de un animal. Este tipo de acercamientos revelan no sólo la importancia de los estudios animales en nuestros tiempos, o la posición que ocupan estos en nuestras vidas, revelan ante todo una nueva postura del “ser humano” frente a lo otro y son los estudios animales los que ahora están al pendiente de esta nueva forma de ver el mundo.

La teoría animal se encuentra con el gran problema planteado desde el comienzo: al ser su finalidad una re-valorización y remantización de la vida de los animales, se debe dar voz a seres que no la tienen en los estándares de pensamiento humano, así que se debe tratar de salir del lenguaje para expresar esa voz, esa otra concepción de la vida y el mundo,  mas ¿de qué forma?; al mismo tiempo que se trata con la teoría animal hacer visible a otros seres no-humanos y que se le reconozca con derechos. Para sus fines la teoría animal está en el proceso de crear un necesario pensamiento y teoría posthumanista para tales efectos; es decir, una postura que abarque lenguajes más allá del lenguaje humano y considere vidas más allá de la vida humana.

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